De vuelta de mis primeras vacaciones de soltera desde hace 5 años. Estupendas, tanto que no tenía ninguna gana de volver. Incluso anoche me desperté en mitad de una pesadilla y no sabia donde estaba, porque no se veía nada y no había un montón de gente rondando por la casa.
En Murcia, la vida del perro, por la mañana playa (sin sombrilla, que allí todo el mundo estaba empeñado en ponerse moreno, menos yo, que soy blanca y estoy orgullosa) y por la noche ron con brugal y unas gotitas de naranja a la orilla del mar. ¿ Se puede pedir más? Quizá es por eso que los ricos son más guapos, ellos pueden hacer esto todo el año... Incluso a finales de mi estancia encontré un hombre que se atrevió a compartir la buhardilla y la cama restform falsa conmigo. Eso de que un oso puede dormir a tu lado en la cama hinchable y no lo notas es una patraña, porque él era algo más pequeño que un oso y se le notaba mucho, lo único bueno que tienen es que no te puedes romper un dedo del pie contra la pata de la cama. Y en cuanto a mi osito, al principio su "colita" no fue tan valiente como él, pero cuando conseguimos animarla no estuvo nada mal...
Después rumbo a BCN con encuentro bizarro en la estación de tren incluido. Los italianos están locos, es lo que tienen. Más gente inactiva, más ron, más playa sin sombrilla, pero mucho más fea y algún que otro pasaeo solitario por las calles de la ciudad. Aquí fui tan atrevida que no necesité que ningún hombre me calentará el lecho, me basté y me sobré solita.
Y como a lo bueno se acostumbra una rápido, pues ahora lo de ponerme a estudiar para sacarme la colección de asignaturas que me han quedado, lo llevo mal, muy mal.
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