jueves, 21 de junio de 2007

Conecto el movil antes de entrar en el metro para decirle a Alber que no se vaya de su casa, que voy para allá, y a los 10 segundos recibo un mensaje que es como un mazazo en la cara. Es Rubén, no va a volver a escribirme, ni a darme toques, ya no, me pide que yo haga lo mismo. No quiere saber qué hago ni con quien voy, nada. Quiere intentar desaparecer para mí.

Contesto, le digo que yo no quiero hacer eso, que quiero saber qué hace y cómo está. pero da igual, no hay nada que hacer, con que uno no quiera es suficiente.

Jamás pensé que le perdería del todo. A pesar de saber cómo es, siempre tuve la esperanza de que a base de vernos y no acostarnos ni enrollarnos, terminaría por verme como a una buena amiga, como a un apoyo. Pero me dijo que nunca podría verme así, que me quiere demasiado. Que se siente muerto por dentro y que sólo quiere dormir para poder soñar conmigo.

Y por primera vez en años lloro por alguien que no soy yo. Y una parte de mí, me dice que me estoy equivocando, que estoy echando de mi vida lo mejor que va a pasar por ella...pero no puedo volver a estar como antes.

1 comentario:

alakazaam! dijo...

tiempito querida, ese si que sabe como siguen las cosas...