Echo de menos a Rubén, mucho. Y lo siento por él, siento saber como hacerle feliz, y no poder hacerlo. Y quiero que vuelva y que me coja la mano y me sonria y que se apoye en mi, y sea mi amigo.
Y también echo de menos al imbecil del guiri, que no lo merece y eso hace que me de cuenta de lo idiota que soy por dejar que ese tipo de gente se meta bajo mi piel. Su cara me obsesiona, es solo eso, la bellaza exterior que vi en él, y que de alguna manera consiguió activar mi instinto maternal. Así que ahora cuando pienso en tener hijos me veo paseando un carrito con un adorable niño pelirrojo de ojos verdes y lleno de pequitas...es un asco, pero es lo que hay. Y lo peor es que es posible que le busque, porque me he dado cuenta que los demás guiris no me gustan, sólo me gusta él.
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