domingo, 2 de marzo de 2008

Me abrazo a él y dejo que pase el tiempo. Hablamos desnudos cara a cara, sonrio, me río, le acaricio, y el tiempo no existe, y tampoco el mundo. No quiero ir a clase ni trabajar, no quiero hacer nada, sólo dormir con Jaime todo el día en esta cama tan pequeña.
Y no sé si es bueno o malo, porque por mucho que me empeñe hay un mundo ahí fuera, al otro lado de la ventana, y él lo sabe, la que lo niega soy yo...

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